
El pasado lunes, la comunidad educativa vivió un momento especial de recogimiento y fe con la conmemoración del Lunes de Ramos, instancia que marca el inicio de la Semana Santa, uno de los tiempos litúrgicos más importantes del calendario cristiano. Esta celebración, organizada por el equipo de pastoral, tuvo como propósito principal preparar espiritualmente a los estudiantes para vivir con profundidad el misterio pascual de Jesucristo: su Pasión, Muerte y Resurrección.
La Eucaristía fue presidida por el Padre Luis Rendich, quien con palabras cercanas y profundas invitó a los presentes a reflexionar sobre el verdadero significado de la entrada de Jesús a Jerusalén, en medio de ramos y aclamaciones, como un Rey humilde y pacífico. En este contexto, se convocó especialmente a los delegados pastorales de todos los cursos, quienes desempeñan un rol clave en la animación espiritual y comunitaria dentro del establecimiento.
Durante la ceremonia, a cada delegado se le hizo entrega de un ramo, signo tradicional de esta fecha, que representa la bienvenida a Cristo y el deseo de caminar junto a Él durante los días santos. Posteriormente, el Padre Luis realizó la bendición de los ramos, gesto que selló el compromiso de fe de los jóvenes y los animó a ser testigos activos del Evangelio dentro y fuera del aula.
La celebración fue acompañada por cantos litúrgicos, momentos de oración y una participación activa de los estudiantes, docentes y el equipo pastoral. Este tipo de instancias no solo fortalecen la dimensión espiritual de la comunidad educativa, sino que también consolidan el sentido de pertenencia, solidaridad y fraternidad que caracterizan a la vida cristiana.
Desde la pastoral, se valoró profundamente la disposición y el respeto con que se vivió esta liturgia, resaltando la importancia de preparar el corazón para vivir con mayor sentido los días que se aproximan, especialmente el Triduo Pascual.
Al concluir la Eucaristía, se agradeció a todos quienes hicieron posible este encuentro y se hizo un llamado a vivir una Semana Santa con espíritu de oración, servicio y reflexión, reconociendo a Cristo como fuente de esperanza y guía en la vida cotidiana.