
Hoy fue uno de esos días en que la rutina hizo maletas y se fue de vacaciones… porque en el Liceo San José, decidimos celebrar el Día del Libro como solo nosotros sabemos hacerlo: con magia, creatividad y una pizca (o muchas pizcas) de locura literaria.
¡Y qué locura tan maravillosa fue! Desde muy temprano, el aire tenía algo distinto... un aroma a aventuras recién impresas y finales felices. Los pasillos ya no eran pasillos: se transformaron en selvas misteriosas, bibliotecas encantadas, castillos medievales y hasta estaciones espaciales. ¡Ni los timbres sonaban igual!
Y es que los libros decidieron escapar de sus estantes y tomar forma en cada rincón del colegio. De pronto, ¡los vimos! Caminando entre nosotros: caballeros valientes con escudos de cartulina, hechiceras con túnicas brillantes, superhéroes de cómic, personajes de cuentos clásicos y modernos… ¡incluso vimos libros gigantes paseando como si nada!
Cada curso trajo a la vida a sus personajes favoritos, y lo hicieron con tanto entusiasmo que parecía que habíamos sido transportados a una feria del libro viviente.
Pero lo mejor de todo fue ver a nuestros profesores convertidos en narradores, guías mágicos, piratas, detectives y sabios del bosque. Se lanzaron con todo a esta jornada, demostrando que la lectura también se enseña desde el juego, la risa y la imaginación. Sin ellos, este día no hubiera sido lo mismo.
Porque aquí sabemos que leer no es solo pasar páginas. Leer es vivir mil vidas, es recorrer mundos imposibles, es encontrar respuestas... y hacerse nuevas preguntas. Hoy, más que celebrar un día, celebramos todo lo que los libros nos regalan: emoción, libertad, empatía y sueños.
Así que en vez de decir simplemente “Feliz Día del Libro”, preferimos decirlo a nuestro estilo:
¡Gracias, libros, por hacernos sentir tanto, por hacernos volar tan alto y por permitirnos ser lo que queramos, aunque sea solo por una historia!